Descripción
Cuenta una vieja anécdota que un capellán que viajaba en un barco, al oír exclamar al capitán en plena tempestad: «ahora solo queda rezar», preguntó: «¿Tan mal están las cosas?»
Cuando el mundo agota su esperanza y no quedan más fuerzas, el creyente ora en cada grito silencioso cuando se ve avasallado por la vida y sus tempestades. Tener una actitud orante es tener esperanza cuando todo parece perdido. A pesar de todo, nos queda orar, pues la esperanza es lo último que se pierde.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.